Entre sus manos la llama del carisma… Ellos la acogieron.
La llama del carisma al día ya ardía con todo su esplendor en Italia. El Instituto de las hijas de María Auxiliadora había logrado una gran expansión.
Madre Catalina Daghero Y Don Miguel Rua primeros sucesores de Maria Mazzarello y Don Bosco, respectivamente recibiendo constantemente solicitudes para nuevas fundaciones.
30 años de su fundación y el 25 de su expansión misionera las hermanas ya tenían presencia en casi toda América latina.
En la obra del señor para Centroamérica iniciando en la República del Salvador había llegado y las circunstancias se engranaron divina mente según el querer de la divina Providencia: la fundación parte de una circunstancia muy particular del entonces presidente de la República don Tomás Regalado y de su esposa doña concha de Regalado: ellos y la hermana de doña concha, señorita María González quien después fue FMA, devotos de María Auxiliadora y le habían pedido a los salesianos y a sus alumnos que rogaran a la virgen para el presidente y su esposa. Doña concha hizo la promesa formal de levantar a sus expensas una capilla en la capital añadiendo que el general esposo le ayudaría a cumplir su promesa.
La devoción a la virgen de Don Bosco había sido difundida por los salesianos llegados al país en 1897 Dios oyó la plegaria y por intercesión de María Auxiliadora concedió al matrimonio Regalado Gonzales el regalo de una niña que nació el 24 de mayo de 1902 la cual fue bautizada con el nombre de María del Milagro Auxiliadora.
Doña concha feliz por haber concedido la gracia tan deseada va con su hermana María a Santa tecla para saludar al salesiano Don Juan Missieri inspector de los salesianos a quien le pregunta si don Bosco ha fundado también una congregación de religiosas.
Don Missieri les contesta afirmativamente y les da a conocer además que ellas realizan. Doña concha le pregunta consumo interés cómo se podrían traer a El Salvador esas religiosas y conocidas las condiciones dijo muy resuelta que ella conseguiría del general su esposo que costear el viaje y los gastos de la primera inserción además de levantar la capilla antes prometida en la casa que ellos ocuparán. Doña Carmen viuda de Kreitz, respetable señora muy estimada en San Salvador y que pertenecía al mismo grupo de México de la esposa del presidente enterada de los proyectos se presentó al padre Missieri diciéndole que ella también sentía la inspiración de colaborar por lo cual ofrecía a las hermanas una villa que tenía en los suburbios de la ciudad y que ofrecía también ayudarles a construir la casa. Don Missieri se dispuso conocer el lugar y se encontró con un hermoso y elegante chalet desde donde se dominaba la ciudad todos los campos del rededor poblados de grandes árboles y cafetales. A Don Missieri le pareció encantador el lugar y muy apropiado para construir un internado de Niñas, escogió tres manzanas y allí sin demora se empezaron a construir la casa y la capilla votiva.
El presidente Regalado necesario para el viaje y así quedó asegurada la venida de las hijas de María Auxiliadora a El Salvador.
Las bienhechoras de la obra prepararon con anticipación el lugar donde se alojarían las hermanas. Doña Cristina Vilanova de Kreitz contribuyó con la construcción de los cimientos y una parte de la casa. Más tarde la primera dama hizo llegar de España el artistico altar que todavía podemos apreciar en las fotografías antiguas.
Cuándo estuvo todo preparado gracias a las buenas instancias del padre Missieri ante nadie general sor Catalina Daghero Se organizó la expedición integrada por Sor Nunzia Pace y Sor Maria Giaccomina Zanatta quienes partieron de Italia el 7 de diciembre de 1902 y Sor Ursula Rinaldi Sor Juana Méndez y Sor Blandina Salazar quienes partieron de Veracruz el 24 de diciembre del mismo año se reunieron en Cuba.