Instituto Salesiano María Auxiliadora. Tegucigalpa
Instituto María Auxiliadora Santa Rosa de Copán
Instituto María Auxiliadora San Pedro Sula
Escuela Salesiana Madre Mazzarello San Pedro Sula
Centro de Promoción Social Femenina “María Auxiliadora San Pedro Sula.
Las Hijas de María Auxiliadora, primeras religiosas llegadas a Honduras arriban a Tegucigalpa, solicitadas por el entonces presidente de la República Don Miguel Dávila para hacerse cargo de las niñas jóvenes pertenecientes a las principales familias de la ciudad capital.
El colegio se inicia sólo con los cinco primeros grados de la primaria y poco a poco fue aumentando su radio de acción educativa, el 19 de marzo fiesta de San José, las hermanas fieles a las instancias del corazón oratoriano de Don Bosco, abrieron el oratorio festivo dominical para acoger a las niñas pobres y enseñarles el catecismo.
Después de 18 años de la primera fundación en Honduras, se realizó la segunda fundación en el Occidente del país en Santa Rosa de Copán, a las 5 de la tarde del 28 de enero de 1928, después de un viaje de cinco días (uno en bus y los demás a caballo) que nada tuvo que envidiar a los realizados por las otras religiosas en tierras de misión.
Llegaron a Santa Rosa las primeras hermanas, les acompañaba la Madre Décima Rocca, Inspectora entonces de Centro América y Monseñor Emilio Morales, quien había gestionado activamente esta fundación.
Al recibimiento asistieron muchas personas de la ciudad y entre ellas, algunas exalumnas del Colegio Santa Inés que se mostraban muy felices de poder tener en la propia ciudad a sus antiguas educadoras.
La obra se inició con una sección de párvulos y cinco grados de primaria, poco a poco la obra crece: en 1931 se obtiene el permiso para abrir estudios técnico-prácticos y otorgar títulos de carácter privado. En 1933 se solicitó el permiso de abrir la sección de Comercio para optar por el Título de Perito Mercantil y Contador Público; las autoridades escolares al conocerlo dijeron: “la fundación de este Centro es una garantía y orgullo para el Occidente del país”.
La hermana directora ante el aumento de alumnas, especialmente internas que llegan de todas partes del país y ante la solicitud de algunos padres de familia, pide y obtiene el permiso de abrir la sección Normal con posibilidad de optar también al título de Bachiller en Ciencias y letras para quienes así lo deseen.
En 1944 se gradúan las 8 primeras maestras, 3 de ellas también reciben el título de bachiller; así se inició una generación de mujeres hondureñas que desde su calidad de maestras llevaron a muchos lugares del país, los principios del Sistema Preventivo de Don Bosco.
Estos estudios se continuaron hasta que el gobierno no permitió más el magisterio a los colegios privados, pero el bien realizado a través de ello fue inmenso. El ambiente de Colegio llegó a ser un verdadero semillero vocacional, muchas de las FMA de la provincia Centroamérica Norte, sintieron el llamado del Señor en esta dichosa casa.
Pero la labor de las hermanas de Santa Rosa no sólo se centró en las alumnas del Colegio, pues desde el principio empezó a funcionar el Oratorio Festivo en casa y la Catequesis Parroquial.
En l año de 1990 el colegio dio un giro especial a favor de los más pobres y ahora funciona con un internado para niñas campesinas.
El Instituto de María Auxiliadora de San Pedro Sula fue la tercera obra de las Hijas de María Auxiliadora que se abrió en Honduras, las hermanas llegaron a San Pedro Sula a instancias de Monseñor Juan Sastre Vicario Apostólico de la Costa Norte de Honduras, con sede en esta ciudad.
Tres años pasaron antes de que la superiora Provincial Sor Josefina Genzone pudiera acceder a la petición del celoso Pastor. Entre el 22 de marzo y 4 de abril de 1939, se reunieron las hermanas que debían constituir la comunidad, alojándose en una casa detrás de la Catedral; el alquiler fue pagado durante 2 años por el mismo Monseñor Sastre.
El Colegio se inició con una sección de párvulos y los cuatro primeros grados de primaria, las alumnas eran 150 y el Instituto funcionó desde el principio con la autorización oficial. Las hermanas muy pronto se ganaron la aceptación y el cariño del pueblo sampedrano, las alumnas aumentaban año tras año y por lo tanto cada año debería abrirse nuevos cursos.
El local del principio resultaba cada vez más pequeño. De esta manera el 2 de febrero de 1941 se puso la primera piedra del actual Colegio, y gracias al trabajo de 40 operarios y de una supervisión muy cuidadosa por la parte de la hermana directora Sor Francisca Savini y del gran bienhechor de la obra, Don Francisco Yones, en el mes de agosto de ese mismo año, se pudieron utilizar las primeras aulas.
El 14 de agosto se celebró la primera Misa en la Capilla improvisada, las hermanas alquilaron el edificio cercano, para poder viajar diariamente a clase en el local nuevo, a medida que la construcción avanzaba se abrían nuevos niveles de estudio. En 1942 extendieron los primeros cinco títulos de secretariado comercial.
También se solicitó de las autoridades y se obtuvo la licencia para una Escuela Normal, en 1949 se graduaron las 12 primeras maestras de Educación Primaria; al año siguiente se pidió abrir la carrera de Perito Mercantil y Contador Público y 1951 se graduaron las primeras trece alumnas; en 1962 se abrió el Bachillerato en Ciencias y Letras graduándose las primeras 7 alumnas en 1963, después por circunstancias especiales, se suprimieron las carreras de Perito Mercantil y Contador Público y la de Magisterio.
Desde su llegada abrieron el Oratorio Festivo, el cual por varios años fue mixto debido a que en la Catedral un sacerdote y un grupo de señoritas daban las explicaciones de la doctrina cristiana a varones y niñas, mientras llegaba la hora de la explicación catequística, las hermanas los invitaban a jugar en el patio de la casa; cada domingo aumentaba el número.
Cuando la comunidad se trasladó al nuevo local, muchas niñas llegaban del oratorio desde la Catedral, el corazón oratoriano de Don Bosco era la llama que las impulsaba a este apostolado.
Desde el año de 1972, el Instituto María Auxiliadora de San Pedro Sula, empezó a proyectarse en la comunidad, a través de una obra a favor de las niñas pobres y abrió la Escuela Madre Mazzarello en un sector popular de la ciudad.
La hermanas que atendían dicha obra, formaban parte de la comunidad el Colegio, y viajaban cada día hasta el local de dicha Escuela; inicialmente la casa era de madera, pero con el paso del tiempo, la Divina Providencia, proveyó los medios y se empezó a reconstruir parte por parte de una estructura de concreto.
No se puede hablar de esta obra sin mencionar el nombre de Sor Amalia Agüello que dedicó a ella todo sus esfuerzos. En el año de 1988, pudo construirse un pabellón para alojar a una comunidad propia, al inicio del año las hermanas fundadoras se trasladaron definitivamente del Colegio a la Escuela, constituyendo así una nueva comunidad.
En el año de 1990 en vista de las muchas niñas necesitadas de un techo seguro, ya que por orfandad y por descuido de sus padres, se veían obligadas a permanecer la mayor parte de su tiempo en la calle, se da una nueva respuesta a la realidad circundante, y se abre un internado, el cual desde entonces ha sido tabla de salvación para muchas niñas pobres materialmente pero sobre todo moralmente.
Con el aporte generoso del Colegio que paga la mayor parte de las maestras y de algunos bienhechores entre quienes se cuenta la Unión de Exalumnas del Colegio; pero sobretodo, gracias al amor providente de Dios Padre y la asistencia materna de María, la obra continúa.
La nueva comunidad se constituyó el 1 de enero de 1996, en la colonia Sandoval Sorto de San Pedro Sula, como respuesta a la realidad de esa población y en fidelidad al carisma salesiano, ese día viajaron las hermanas fundadoras desde el Colegio, llevando a quien habría de ser el centro de la casa “Jesús Sacramentado”.
Al quedar sola la comunidad, después que partieron quienes las acompañaron al lugar, entraron a la casa cantando el salmo 121 “Que alegría cuando me dijeron”… iniciando así las vísperas que fueron una verdadera acción de gracias por tantos favores recibidos del Señor.
Esta fundación tuvo sus antecedentes desde 1988, las hermanas de la comunidad del Colegio María Auxiliadora de San Pedro Sula, realizaban un apostolado catequístico en esa zona, en ese año, la alcaldía le cedió a la Institución el predio que hoy ocupa la obra.
La realidad del lugar inspiró en las hermanas el deseo de atender no sólo a los niños, niñas y jóvenes, sino también la gran cantidad de madre solteras, víctimas del machismo y la pobreza no sólo material, sino también espiritual y moral; por este motivo, desde el año de 1995 las hermanas se dedicaron a tiempo completo a trabajar en el lugar, viajando diariamente desde el Colegio para realizar su misión.
Entre tanto con la ayuda de bienhechores, padres de familia y alumnas del último año del Colegio, quienes realzaron su trabajo social en el lugar, se fue construyendo la planta física que hoy acoge la obra, la cual sigue sosteniéndose gracias a la Divina Providencia que se hace presente sobre todo a través de la ayuda del Colegio María Auxiliadora y de los bienhechores entre los cuales se cuenta también la Unión de Exalumnas que dan su aporte mensual.