Del 19 al 22 de noviembre, el Instituto María Auxiliadora de la Ciudad de Guatemala se convirtió en un espacio de encuentro y trabajo colaborativo para la elaboración de los subsidios pastorales del año 2025. Convocados por el Equipo Provincial, Hermanas y coordinadores de diversas instituciones educativas unieron esfuerzos para dar vida a este proyecto tan importante para nuestra misión evangelizadora.
Guiados por el lema de la Propuesta Pastoral «Es la Hora de la Esperanza», los participantes vivieron jornadas de reflexión, planeación y creación, impregnadas de un auténtico espíritu de familia salesiana. Este lema, que nos invita a ser faros de esperanza en medio de los desafíos actuales, resonó en cada actividad, recordándonos que, como decía Don Bosco: «La educación es cosa del corazón, y solo Dios es su dueño.»
El trabajo estuvo marcado por un profundo compromiso y entusiasmo, donde la metodología propuesta por el Equipo Provincial permitió garantizar que los subsidios reflejen calidad, pertinencia y efectividad en el acompañamiento educativo y pastoral de nuestras comunidades. Este proceso no solo fue técnico, sino también profundamente espiritual, destacando la importancia de colocar a los jóvenes en el centro de nuestra misión, tal como Don Bosco soñó: «Caminemos con los pies en la tierra, pero con el corazón en el cielo.»
Además de la dedicación y profesionalismo de los participantes, este encuentro fue una oportunidad para fortalecer lazos de comunión y fraternidad entre las instituciones. En un ambiente cargado de alegría y confianza, se vivió plenamente el espíritu salesiano, recordando que «la base de la educación es el amor.»
AGRADECIMIENTO Y RECONOCIMIENTO
Queremos expresar nuestra profunda gratitud a todos los participantes por su entrega incondicional y su disposición para construir juntos este material que será clave en el camino educativo y evangelizador del próximo año. Su trabajo es un verdadero testimonio de esperanza y servicio.
Que el Señor, por intercesión de María Auxiliadora, bendiga abundantemente a cada uno de ustedes, recompensando su esfuerzo y compromiso. Sigamos adelante con confianza, recordando las palabras de Don Bosco: «Dios nos ha puesto en el mundo para los demás.»
Este encuentro ha sido un claro ejemplo de cómo, en comunión y bajo la guía de Dios, podemos ser instrumentos de transformación en nuestras comunidades educativas.
¡Sigamos soñando y trabajando juntos por un futuro lleno de esperanza!